¿Alguna vez te has preguntado si decir que eres una persona leal y comprometida en una entrevista de trabajo te llevará a conseguir el trabajo que necesitas? Es posible que pienses que, al decir estas palabras mágicas, podrías conseguir ese trabajo que tanto deseas. Pero ¿alguna vez te has preguntado si la empresa o institución pública es leal y comprometida con sus empleados?
Siempre me consideré una persona leal y comprometida. Pensaba que ambas cualidades eran diferentes y necesarias. Con estas cualidades, me quedaba hasta tarde, me olvidaba de las horas de comer y descanso, todo para que los asuntos salieran bien. Incluso un día, me recompensaron por ser así (grave error en mi vida).
Me dieron un mejor puesto en otra dependencia y mi primera oficina era muy linda. Me sentía feliz. Pero con el tiempo, los horarios apretados y las malas pasadas comenzaron a afectar mi salud. Incluso dejé de cobrar un mes de salario por un error del departamento de recursos humanos (amigo del jefe, quien ocultó su incompetencia y por consiguiente no quería que quedara mal). Pedí vacaciones y me las negaron. Las horas para ir al médico no existían y los fines de semana no podían ser ocupados, excepto para atender asuntos de la oficina.
El tiempo pasó, el jefe necesitaba espacio para sus «amigos» y despidió a muchas personas sin ninguna justificación, incluyendo a un señor de 56 años con 25 años de experiencia en el área. Dentro de mí, nació la idea, ¿por qué si las personas son leales y comprometidas, el jefe no lo era? ¿Acaso estaba frente al famoso lema «la administración pública es ingrata»?
Lealtad y compromiso
La lealtad es una cualidad del ser humano vinculada a la actuación ética. Es una virtud unida con la sinceridad y la grandeza, que les da a las personas un profundo sentimiento del deber, de la responsabilidad, del altruismo y del desprendimiento. Una persona leal siempre obrará conforme a ella, aunque la empresa no lo merezca.
Debemos recordar que existen grados de lealtad, desde las personas extremadamente leales hasta las que son desleales. También puede verse reflejada en una o varias personas reales o ficticias (por ejemplo, empresas o instituciones públicas). Lo más importante a recordar es que la lealtad debe manifestarse primero en uno mismo y luego hacia el exterior.
Por otro lado, el compromiso es el reflejo de la lealtad o la consecuencia de aplicar la lealtad de una persona. (Ojo, no exclusivamente el compromiso nace de la lealtad, ya que puede nacer del amor, de intereses compartidos o egoístas, del orgullo o del dinero).
El compromiso es un vínculo de naturaleza emocional que se manifiesta en una especial unión o identificación entre una persona y una realidad. Su calidad deriva del origen, ya que no es lo mismo el compromiso nacido de la lealtad que el nacido por el dinero. El actuar de una persona comprometida siempre será diferente a lo habitual, ya que siempre tendrá en cuenta su compromiso y actuará en consecuencia, incluso cuando eso implique hacer sacrificios personales.
Además, el compromiso no es algo que se pueda imponer desde fuera, sino que es una decisión personal que se toma libremente. Por lo tanto, cuando alguien se compromete, lo hace porque realmente quiere hacerlo y está dispuesto a asumir las consecuencias que ello conlleva.
En el ámbito laboral, por ejemplo, un trabajador comprometido no solo cumple con sus obligaciones de manera eficiente, sino que también se preocupa por el éxito de la empresa y se identifica con su cultura organizacional. Esto se traduce en una mayor productividad, motivación y satisfacción laboral.
En resumen, el compromiso es un valor fundamental que implica lealtad, responsabilidad y entrega hacia una causa, persona o entidad. Cuando una persona está comprometida, su actuar se caracteriza por un esfuerzo constante y un alto grado de implicación emocional, lo que se traduce en una mayor calidad y efectividad en sus acciones.
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18 de julio de 2024
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