En los últimos años, hemos visto varios casos de personas que han dañado accidentalmente piezas de arte en los museos. Pero, ¿qué pasa en estos casos? ¿Cuáles son las consecuencias de romper una obra de arte en un museo en nuestro país?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que todos los museos cuentan con un sistema de vigilancia por video, por lo que se pueden revisar las grabaciones del momento del accidente para determinar si hubo dolo por parte de la persona involucrada. A partir de aquí, se pueden dar varias situaciones posibles.
Daño no intencional atribuible al museo:
En caso de que el incidente no haya sido intencional y se deba a la mala implementación de medidas de seguridad, el daño puede ser atribuible al museo y su seguro se hará cargo del pago de la restauración. Por lo tanto, la persona involucrada solo tendría la mala experiencia del accidente, por ejemplo, si tropieza con una plataforma mal colocada o no hay protección suficiente sobre la obra.
Daño no intencional no atribuible al museo:
Este tipo de situaciones puede darse con más frecuencia debido a la falta de atención de las personas o por querer tomarse una selfie, superando las medidas de seguridad implementadas y dañando una pieza de arte. En el mejor de los casos, una vez que un curador haya dictaminado el daño y cuantificado su restauración, la persona involucrada deberá pagar el deducible del seguro contratado. Sin embargo, existe la posibilidad de que tenga que pagar por la totalidad de los daños causados por su negligencia.
Daño intencional:
Este tipo de daño puede deberse a desacuerdos con el arte y la apreciación que ésta genera, o bien, por vandalismo. En este caso, se debe considerar si la obra es de una colección particular o de alguna institución pública. Si es de una entidad pública, pertenece al estado o a la federación, lo que permitirá determinar la instancia en la que se procesará al responsable de los daños. También se debe considerar el monto del daño causado, que será determinado por el curador al hacer el reporte y que posteriormente podrá ser determinado por un perito que concluirá con la cuantía de una pena (prisión, multa, reparación del daño e incluso una indemnización).
En resumen, nuestros actos tienen consecuencias y siempre es importante tomar precauciones al entrar en un museo y seguir las indicaciones para evitar accidentes y situaciones penosas. Aunque pueden presentarse distintas variantes a las situaciones descritas anteriormente, es fundamental tener en cuenta que el daño a una obra de arte no solo afecta al patrimonio cultural, sino que también puede tener consecuencias legales y financieras graves.
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